Descubre la historia detrás de la captura de ‘El Fantasma’, el leal protector de El Chapo Guzmán.
Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, el notorio capo del narcotráfico mexicano, es conocido por su habilidad para eludir la ley, sus nexos con figuras de autoridad, liderar una extensa red de empresas criminales y por tener un equipo de seguridad altamente especializado, figurando la captura de ‘El Fantasma’, exguardaespaldas de El Chapo.
Dentro de su círculo de protección, varios exmilitares destacaron por su lealtad y habilidades, como Manuel Alejandro Aponte Gómez, ‘El Bravo’; Carlos Manuel Hoo Ramírez, ‘El Condor’; y Antonio Mendoza Cruz.
‘El Fantasma’
Entre estos, Jonathan Salas Avilés, mejor conocido como ‘El Fantasma’, sobresalía por su importancia dentro del Cártel de Sinaloa y su cercanía con ‘El Chapo’ desde la década de los noventa hasta su detención en 2013.
‘El Fantasma’ se distinguió no solo por su perfil militar sino también por cómo Ismael ‘El Mayo’ Zambada y Guzmán Loera presuntamente decidieron entregarlo a las autoridades.
Salas Avilés, originario de Veracruz, llegó a Culiacán en los noventa y rápidamente se integró al círculo cercano a ‘El Chapo’ gracias a su destreza con las armas, un talento forjado en el Ejército.
Su habilidad para pasar desapercibido le valió su apodo, siendo conocido por su capacidad para esfumarse y mantenerse en contacto exclusivo con ‘El Chapo’.
La captura
Pese a su habilidad para evadir la captura, como el 18 de febrero de 2012 cuando eludió un retén de la Sedena en El Salado, o el 2 de marzo del mismo año cuando escapó de un operativo de la Semar en Oso Viejo, su libertad terminó el 9 de febrero de 2013.
En un operativo conjunto de la Sedena y Semar, fue detenido en Costa Rica, Sinaloa, y trasladado a la Ciudad de México, donde enfrentó a la justicia. ‘Ni modo, vámonos’, fueron sus palabras al ser capturado.
Se rumora que su captura fue facilitada por el Cártel de Sinaloa en colaboración con las autoridades, dado su comportamiento violento e impredecible que incluso ponía en riesgo la tranquilidad pública.
La caída de ‘El Fantasma’ es un episodio más en la saga del narcotráfico en México, y su entrega por parte de sus jefes demuestra cómo las dinámicas de poder pueden cambiar rápidamente en el mundo del crimen organizado.