Por: Marx Aguirre Ochoa
Al parecer todas las advertencias del cambio climático, de la degradación de la tierra, pasan desapercibas por la sociedad, solo parece un “boom mercadológico”, en el que realmente no se ha tomado conciencia a fondo, la pregunta iniciaría: ¿Qué medidas reales se están tomando para la adaptación ante el cambio climático?, ¿Cual ha sido el granito de arena que la sociedad esta poniendo?, ¿Cómo estamos creando conciencia en las nuevas generaciones?, ¿Nuestros hijos, estan valorando el porvenir que viene?, realmente la reflexión va en ese sentido. Las noticias, solo ponen al orden del día la información de la degradación del planeta, sin embargo, poco se hace o nada, ni la sociedad civil, ni los gobiernos.
Si bien es cierto que nadie puede predecir con total certeza las consecuencias del cambio climático, sí que contamos con suficientes conocimientos para percatarnos de los riesgos. La puesta en práctica de firmes medidas para reducir las emisiones deberá entenderse como una inversión, un costo incurrido ahora y en las próximas décadas para evitar el riesgo de consecuencias muy graves en el futuro. Un granito de arena de todos, hará una mar de resultados positivos para los que vienen.
Según un reporte del Banco Mundial, México es el decimosegundo emisor de gases de efecto invernadero del mundo, y el segundo de América Latina. El país ya experimenta períodos más prolongados de calor, más sequías, lluvias y huracanes más intensos, inundaciones y aludes de lodo frecuentes. “Si no se abordarde el tema de cambio climático como una situación real, se prevé que la economía de México se reduzca entre un 3,5% y un 4%, y que sufra costos considerables de hasta el 6,2% del producto interno bruto”, según el mismo BM.
Siguiendo con más, México es de las naciones más afectadas por las consecuencias del cambio climático porque el Trópico de Cáncer parte en dos al país y cuenta con más de 11 mil 200 kilómetros de litorales. Sumado a esto, nuestro país, tiene toda una zona generadora de huracanes donde existe una franja de los mares que rodean nuestro país y que se denomina la alberca caliente porque tiene temperaturas que normalmente están arriba de los 26 o 27 grados centígrados, esto genera más acumulación de calor.
Sin duda, el cambio climático está intensificando los riesgos y las vulnerabilidades que afectan a todos, ricos y pobres, pero sobre todo a los más pobres, al imponer una mayor tensión sobre las oportunidades de desarrollo, especialmente debido a la alta dependencia que las poblaciones tienen con el clima y la subsistencia alimentaria y de producción. Por esto, y por más, las tareas a emprender consisten ya fundamentalmente en el aumento y fortalecimiento de las capacidades de adaptación y resiliencia.
México tiene un sólido historial en materia de abordaje de los desafíos que plantea el cambio climático, y se le ha considerado un líder mundial en la región. Sin embargo, los tantos estudios a nivel nacional e incluso estatal, han quedado al acervo de bibliotecas o estudiosos, la estrategia integral del país de crecimiento económico con adaptación al cambio climático y baja intensidad de emisión de carbono es una de las más ambiciosas del mundo. Mientras no haya un interés real, con fondos, con recursos, la vulnerabilidad del país a los impactos del cambio climático se agravará día a día, con consecuencias devastadoras, de muchos gastos, de riesgos sanitarios, de migraciones y de crisis alimentarias. Mientras el cuidado del medio ambiente, no genere votos, no genere ganancias, seguira estando en los útlimos numeros de la agenda gubernamental. ¿Cómo hacerlo rentable politicamente?.
La adaptación activa de la sociedad a los efectos del cambio climático, no podrá lograrse desde una línea de política aislada, sino que deberá integrarse a políticas de desarrollo humano, institucional y financiero, así como de áreas como medioambiente, energía, economía y bienestar social. El aumento de la resiliencia de los sistemas ambientales y socio económicos al cambio climático, será una forma eficaz de alcanzar los objetivos de desarrollo, necesarios para mejorar la calidad de vida de los pobladores más humildes.
Vamos a seguir insistiendo e insistiendo e insistiendo, hasta que por fin, quede en nuestra conciencia humana, en los hacedores de política y tomadores de decisiones, el compromiso real para vivir en las nuevas condiciones climáticas y las repercusiones ambientales, económicas, políticas y sociales que implican.
No es ficción, es ya una realidad y de no presionar, de no luchar literalmente contra viento y marea, el mundo esta en grave peligro, la salud, el agua, el abastecimiento de producción, la producción agropecuaria, la calidad del aire, todo. Sin acciones, sin presuesto, sin firmeza, no hay nada, solo discursos que van y vienen.