El daño a los hijos para generar una afectación en alguno de los padres, fundamentalmente a la madre, busca ser sancionado dentro del Código Familiar del Estado y la Ley por una Vida Libre de Violencia para las Mujeres del Estado, incorporando el concepto de violencia vicaria.
Linda Elizabeth Tinajero Ponce, entregó al Congreso del Estado una iniciativa ciudadana en la materia, misma que arribó este jueves al Pleno Legislativo para ser turnada a comisiones.
En la exposición de motivos de la iniciativa se apunta que la violencia vicaria es aquella que tiene como objetivo dañar a la mujer a través de sus seres queridos y especialmente de sus hijas e hijos.
“El padre ejerce una violencia extrema contra sus criaturas, llegando incluso a causarles la muerte y utilizando recursos de particular crueldad para obstaculizar todo vínculo afectivo con la madre. El ánimo de causar daño a su pareja o expareja a toda costa, supera cualquier afecto que pueda sentir por ellas/os”.
Agrega que el asesinato de las hijas o hijos es la parte más visible de esta forma de violencia extrema “que destruye a la mujer para siempre; pero es habitual la manipulación de hijas o hijos para que se pongan en contra de la madre o incluso la agredan. Esas hijas e hijos sufren un daño irreparable y son también víctimas de violencia de género. El objetivo es el control y el dominio sobre la mujer, en un alarde máximo de posesión en una relación de poder que se sustenta en la desigualdad”.
De acuerdo con Elizabeth Tinajero la violencia vicaria cuenta con la complicidad de una sociedad que cuestiona permanentemente a las mujeres, que las priva de autoridad y pone en duda su palabra, “las mujeres suelen intentar que su voz se oiga en el colegio de esas hijas o hijos, entre las amistades, en la propia familia, en los juzgados, pero los imaginarios del ‘buen padre ‘ y la ‘mala madre’ se imponen”.
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Todos los días –señala-, hombres que durante el matrimonio no se preocuparon ni interesaron por sus hijas e hijos, en el momento del divorcio, solicitan la custodia compartida y algunos solicitan la custodia plena, sólo por su afán de continuar en contacto con la mujer para mantener el control y seguir ejerciendo todo su poder, ahora a través de los hijas e hijos.
“Algunas de las formas que emplea el agresor para ejercer violencia a través de los hijos en común, predominan la violencia psicológica y económica. Paradójicamente son las dos formas de violencia vicaria que las instituciones, tanto judiciales como proteccionales tienden a ignorar o minimizar”.