Sin ningún tipo de autorización emitida por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Ayuntamiento de Morelia se dispuso a plasmar pintura sobre los grafitis que han enrarecido la imagen del primer cuadro de la capital michoacana.
Todo parece indicar que el Ayuntamiento de Morelia se siente cómodo omitiendo acatar las normativas que dicta el INAH, pues mientras hace unas semanas pretendían ignorar a dicha instancia para arrancar con la Peatonalización del Centro Histórico, ahora lo hacen cubriendo con pintura los grafitis que se ubican en el primer cuadro, sin antes haber solicitado el permiso correspondiente.
Fue a través de imágenes compartidas por el reconocido historiador, Ramón Sánchez Reyna, como esta casa informativa pudo darse cuenta de que el Ayuntamiento ha comenzado a disfrazar la enrarecida imagen que comienza a adoptar el Centro de Morelia.
“¿Acaso contará con el permiso el señor Alfonso Martínez, presidente municipal de los empresarios en Morelia, para aplicar pintura en las canteras de la zona de monumentos a fin de hacer parecer que en la ciudad no hay grafiteros?”, cuestionó el historiador.
Ya con la denuncia, Contramuro se dio a la tarea de conocer si el trabajo del Ayuntamiento fue avalado por el INAH, ante lo cual se confirmó que no, no hubo una autorización previa para echar a andar esta “labor de saneamiento a los monumentos históricos”.
Fuentes del INAH detallaron que si bien existe un permiso para pintar fachadas planas en el Centro Histórico, no lo hay para cubrir con simple pintura la cantera de la mayor riqueza cultural que tiene la ciudad.
Aunque se reconoció que existe un proceso para cubrir cantera con pintura especial, desde el INAH se negó que el Ayuntamiento haya solicitado un permiso ante dicha instancia, previo a realizar las obras.
Bajo estas condiciones, se le hizo saber a este medio de comunicación que de inmediato se cancelará el trabajo del Ayuntamiento, a fin de garantizar la preservación del Centro Histórico de Morelia.
Así, se comprobó una vez más que en el Ayuntamiento no existe el más mínimo interés por asistir al Instituto Nacional de Antropología e Historia, antes de emprender acciones de restauración en el primer cuadro de la capital.