Francisco Lemus | @PacoJLemus
Inicia el último año de la administración de López Obrador, aunque aún quedan varios meses para los próximos comicios, es fácil prever que la 4T tendrá continuidad, sin embargo, existen varios factores a nivel nacional y global que le darán contexto a este proceso, algunos de ellos probablemente representarán graves conflictos.
Uno de los primeros factores a considerar es que el 2023 fue un año considerablemente seco, y sus consecuencias aguardan por hacerse sentir en diversas partes del país, pero tal vez la más amenazada es la zona metropolitana del Valle de México, que se enfrenta a los niveles más bajos del Sistema Cutzamala en varias décadas.
En Michoacán no será muy distinto el panorama, tan sólo hay que ver cómo se encuentra el lago de Cuitzeo, que recibe el impacto de la sobreexplotación a causa de la demanda de la capital michoacana y del avance incesante de los cultivos de exportación que consumen grandes cantidades de agua.
En un plano más claramente político, es necesario considerar la inestabilidad de la región, tanto Norteamérica, con la amenaza del regreso del conservadurismo republicano más recalcitrante y su discurso antimigrante aún más agresivo. De otra parte, Centroamérica seguirá expulsando migrantes ante la falta de oportunidades y la violencia, en la cual el narcotráfico mexicano tiene una buena participación.
Justamente, en estos días hemos sido testigos de cómo esta violencia estructural mantiene su avance, ahora en Ecuador, lo que es muy probable que sea otro expulsor de refugiados y que van a tener que pasar por México en la búsqueda de una vida pacífica y de mayores oportunidades.
El caso argentino, cuya crisis está lejos de llegar a un fin, por el contrario da muestras de agudizarse, también será otro factor de inestabilidad, a la vez que ya ha heredado un discurso extremista y ultra conservador que cautiva a algunas personas en las redes sociodigitales, y que, a pesar de las evidencias de su fracaso económico, seguirá seduciendo a quienes desean alternativas.
Es muy probable que México cierre el año atrapado entre fuertes presiones migratorias, tanto por la violencia como por las consecuencias del cambio climático, y una población estadounidense que tenderá a la radicalización, y que aún si Trump no logra triunfar en las elecciones, radicalizará sus exigencias anti migratorias, promoviendo discursos xenófobos cada vez más estridentes.
Contrario a lo que a muchos suelen pensar de México, como un país de brazos abiertos y ajeno al racismo, aquí también se empieza a generar un discurso de intolerancia a los migrantes y refugiados de Centroamérica y el Caribe, quienes definitivamente no buscan quedarse en México, pero ante la negativa de asilo en Estados Unidos se quedarán estancados en este país.
México tiene grandes desafíos ante sí, al igual que toda la región, y para enfrentarlos se requiere de politización y claridad en las posturas de cada uno, sin embargo, los medios masivos de comunicación lejos de proveer de esa información, optan por el escándalo y el sensacionalismo.
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Este es un buen momento para enfocarse en los verdaderos problemas sociales, económicos y ambientales y dejar de lado las tonterías que suelen inundar las redes sociodigitales y los medios masivos en general.
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