Descubre cómo la terapia cognitivo conductual enfrenta y mejora trastornos mentales.
La Organización Mundial de la Salud señala que uno de cada ocho individuos sufre de trastornos mentales, y la terapia cognitivo conductual (TCC) emerge como un tratamiento efectivo para abordar esta problemática.
Los pensamientos adversos que se entrometen en la rutina diaria pueden ser manejados eficientemente, disminuyendo la recurrencia a comportamientos inefectivos. La Universidad de Harvard explica cómo la TCC contribuye a mejorar el ánimo en momentos complicados.
Esta forma de terapia ha probado ser altamente eficaz en el manejo de la depresión, ansiedad y otros desórdenes mentales. Es igualmente útil para individuos atravesando situaciones difíciles como divorcios, pérdidas personales o conflictos de pareja.
Terapia Cognitivo Conductual
La TCC también es beneficiosa en el abordaje de insomnio, dolor crónico y otras condiciones no relacionadas con la psiquiatría.
Se distingue por su enfoque holístico en salud mental, explorando causas múltiples como factores genéticos, psicológicos (pensamientos, sensaciones y comportamientos) y sociales (entorno y vínculos).
Jennifer Burbridge, subdirectora del Programa de TCC en el Hospital General de Massachusetts, afirma que esta terapia fortalece la capacidad de gestión emocional. Según ella, las emociones se componen de tres elementos:
- Pensamientos (nuestro diálogo interno)
- Sensaciones físicas (lo que sentimos corporalmente ante una experiencia)
- Comportamiento (nuestras acciones o inacciones)
La TCC es de corta duración y orientada a metas concretas. Los especialistas guían a los pacientes en la identificación de patrones de pensamiento asociados a ansiedad o depresión, que pueden surgir en cualquier momento.
“Somos criaturas cognitivas con grandes lóbulos frontales que nos ayudan a analizar situaciones y resolver problemas. Eso es útil en algunas situaciones. Pero en otras ocasiones, cuando intentas controlar tus emociones, puede ser mejor hacer una pausa, reconocer y aceptar su malestar”, señala Burbridge.
La exposición es una de las estrategias clave de la TCC. “La gente evita cosas que la ponen nerviosa o asustada, lo cual refuerza el miedo”, explica Burbridge.
Enfrentar esos temores es crucial para construir un esquema de pensamiento más adaptativo y fortalecer la confianza del paciente.
La TCC ha demostrado ser efectiva para personas de todas las edades y útil en una variedad de condiciones, incluyendo trastornos alimenticios, abuso de sustancias y enfermedades como cáncer, epilepsia, VIH, diabetes y afecciones cardíacas.