Explorando cómo los avances y tratamientos contra el Alzheimer transforman el cuidado y la calidad de vida.
A medida que la población mundial envejece, los tratamientos, avances tecnológicos y médicos contla el Alzheimer ofrecen nuevas esperanzas. Según Naciones Unidas, en 2021, 761 millones de personas tenían 65 años o más, y se espera que esta cifra alcance los 1,600 millones para 2050.
La prevención y el seguimiento médico continuo son cruciales para combatir enfermedades asociadas al envejecimiento, como el Alzheimer. Esta condición no solo afecta la estructura y dinámica familiar, sino también la seguridad social y la economía de los afectados y sus allegados.
La Organización Mundial de la Salud estima que cerca de 60 millones de personas sufren de Alzheimer globalmente. En México, el 8.1% de las mujeres y el 5.4% de los hombres mayores de 65 años padecen esta enfermedad, según la Secretaría de Salud.
El doctor José Luis Zaragoza, asesor médico para Lilly en México, mencionó que ‘después de los 65 años, la incidencia de Alzheimer y demencia se duplica cada cinco años’. Además, el riesgo aumenta significativamente en aquellos con antecedentes familiares de demencia.
Existen dos tipos principales de Alzheimer:
- Inicio temprano: se manifiesta antes de los 60 años en menos del 1% de los casos.
- Inicio tardío: comienza después de los 60 años y representa el 99% de los casos.
Zaragoza también señaló que muchos pacientes en etapas iniciales pueden mantener cierta independencia, trabajando y viajando. Es tarea de los médicos ralentizar la progresión de la enfermedad para preservar su calidad de vida tanto como sea posible.
Los síntomas incluyen problemas de memoria que complican las actividades diarias, dificultades para planificar, resolver problemas y realizar tareas cotidianas. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) indican que los pacientes también pueden sufrir desorientación temporal y espacial.
Aunque la enfermedad de Alzheimer avanza lentamente, los avances científicos buscan retrasar su progresión y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Los médicos generales juegan un papel clave en la detección temprana de cambios cognitivos.
En México, el diagnóstico se basa en la observación de síntomas y evaluaciones, con una precisión del 90%. Sin embargo, estudios de tejido cerebral podrían mejorar aún más esta precisión.
Los nuevos medicamentos para el Alzheimer ofrecen la posibilidad de mitigar la progresión de la enfermedad y aliviar su impacto social. Es vital que los pacientes accedan a estos tratamientos en las etapas tempranas para obtener el máximo beneficio.