Silvano Aureoles Zitácuaro, Maravatío y Contepec
Activa reuniones con operadores clave, como Juan Bernardo Corona y Armando Hurtado | Foto: Contramuro

El exgobernador Silvano Aureoles busca hacerse de comités municipales del PRD en Zitácuaro, Maravatío y Contepec

Morelia, Michoacán.- El exgobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, no ha dado su brazo a torcer en la reconfiguración interna del PRD Michoacán y ahora busca hacerse de comités municipales en distintos puntos del estado, pese a que la dirigencia perredista lo ha desconocido políticamente.

Aureoles se reunió este fin de semana con una estructura política de peso, integrada por dos expresidentes del PRD, Armando Hurtado y Juan Bernardo Corona, así como el actual secretario general, Lupillo Aguilera, además de exdiputados como Daniel Rangel.

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El encuentro tuvo un objetivo claro: marcar territorio y operar en municipios estratégicos para ganar espacios en la recomposición del partido.

Las zonas donde Aureoles busca consolidar su influencia incluyen el oriente de Michoacán, con municipios como Zitácuaro, Maravatío y Contepec, además de Tierra Caliente y el occidente del estado, donde su grupo en el PRD aún mantiene presencia.

La estrategia estaría en manos de operadores clave como Juan Bernardo Corona y Armando Hurtado, quienes buscarían asegurar consejeros estatales y estructuras locales a favor del exgobernador.

Sin embargo, el panorama no le es favorable. La actual dirigencia perredista, encabezada por Octavio Ocampo Córdoba, ha dejado claro que su apuesta política está del lado de Morena y de la 4T, un giro que coloca a Aureoles como un personaje incómodo dentro del Sol Azteca.

Su acercamiento a la Marea Rosa y sus maniobras en la elección extraordinaria de Irimbo, donde presuntamente jugó en favor del PRI en lugar de apoyar a la candidata perredista, han provocado su aislamiento político dentro del partido.

A pesar de ello, Aureoles no parece dispuesto a ceder su influencia en el PRD sin dar batalla.

El exgobernador sabe que el partido está en plena redefinición y que quedarse sin estructuras significa perder su última plataforma política en Michoacán.

Aunque no es bienvenido en la casa que lo vio crecer políticamente, él sigue llamando a la puerta, o más bien, intentando entrar por la ventana.