Con la asistencia de cientos de familias a la Plaza Principal de San Juan Nuevo Parangaricutiro, es como se ha realizado la edición 2017 de la tradicional competencia anual de Kúrpites y en la que se enfrentan los barrios San Mateo y San Miguel, la cual inicio el pasado 6 de enero y termina el día 9 del presente mes.
Silvia Figueroa Zamudio, titular de la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum) acudió al evento en el que se espera una afluencia superior a los 7 mil visitantes no solo del estado, sino de otras partes del país y del extranjero. La funcionaria fue recibida por el Presidente Municipal, Gabriel Anducho Campoverde, quien junto con su equipo de trabajo le mostró los premios que se entregarán a los ganadores, unos cuadros con las figuras de Kúrpites.
Cabe recordar que la fiesta tradicional logra mezclar la danza e indumentaria purépecha con la que cuenta el poblado, además, en el evento se ofrece una amplia gastronomía tanto a los pobladores como a los turistas que han observado los distintos números musicales y las diversas actividades de este año, como el cambio de imagen del niñito de los viejitos por la Danza de los Kúrpites a la casa del carguero, la entrada de las orquestas de los barrios de San Mateo y San Miguel a la Parroquia del Señor de los Milagros, entre otras.
El evento organizado por el Ayuntamiento y por la Asociación Civil Juchari Uarhakuecha ha logrado llamar la atención a nivel nacional por los ritos religioso y celebraciones eucarísticas que se combinan, además de la danza de los Kúrpites que significa “los que se reúnen” o “se juntan”, la cual data del siglo XVI.
En los inicios de esta danza, los jóvenes Kúrpites usaban mascaras con figuras de animales (venado, coyote y leopardo, por mencionar algunos), tratando de asemejarse en sus aullidos, procediendo de aquí el grito característico de los llamados Kúrpites.
Los instrumentos musicales que se usaban para el baile eran el Tantan Tzicuar y el Teponaxtle, en la actualidad acompaña a los danzantes una banda de música. Las máscaras de animales también fueron suplidas por el de personas, tal vez influenciados por los evangelizadores; llevaban sobre la máscara un lúcido y costoso sombrero, bordado con grecas de hilo bordado de oro y plata, una capa adornada de chaquiras, cuentas, espejuelos, listones y flores de papel, en los pies se ponían cascabeles para ayudarse en el ritmo cuando se ejecutaba un “Son” o un “Torito”. El sombrero a su vez fue remplazado, poniéndose en su lugar una cabellera conformada por cuerdas de animales. La danza la componía un solo grupo o cuadrilla de jóvenes, pero pasados los años se formó otro más, lo que originó que se diera una competencia tanto en vestuario como en el baile y música.