El pasado 21 de marzo se cumplió el 215 aniversario del natalicio de Benito Juárez García, considerados por muchos historiadores como el presidente fundador del México moderno. En este sentido, me resulta oportuno aprovechar este espacio para reflexionar sobre uno de sus grandes legados, pero tal vez el menos conocido, su obra autobiográfica “Apuntes para mis hijos”.
Apuntes para mis hijos, es una obra que se desarrolla sobre una estructura cronológica, la cual puede ser analizada desde diversos enfoques: como una memoria personal, un texto histórico y/o una reflexión sobre un país naciente pero profundamente convulsionado por la inestabilidad del régimen político.
En sus Apuntes, Juárez manifiesta su experiencia acerca del ambiente sociopolítico al que se enfrentó en su infancia: un México con un sistema educativo que adolecía de profundas deficiencias, a las que se agregaba un trato desigual a los alumnos, según fuese su posición socioeconómica. Una organización social en que las posibilidades de aprendizaje y preparación para la gente de escasos recursos o pertenecientes a alguna raza indígena, estaban condicionadas a enrolarse como integrantes de un sistema eclesiástico.
De igual forma, Juárez plasma en su texto un México que había logrado su independencia de España, pero en la búsqueda de una identidad nacional, sufría tremendas luchas intestinas entre las fuerzas liberales y conservadoras que no cejaban en su afán por mantener el poder político, económico y social.
Apuntes para mis hijos, representa una oportunidad para dilucidar sobre la visión y personalidad de uno de los grandes políticos que ha tenido México: un hombre fiel a sus ideales y convicciones, que decidió actuar para transformar situaciones, leyes y estructuras injustas. Un ser humano con ambivalencia de sentimientos, por una parte, manifestaba un ímpetu desbordado por el estudio, pero a su vez mostraba un desasosiego por abandonar su localidad y seres queridos.
Ingresa a: Elecciones 2021: Un acercamiento a la participación política de la mujer
En la actualidad la lectura de Apuntes para mis hijos resulta un excelente momento para reflexionar sobre una de las etapas más polarizantes del país, pero que, a pesar de ello se construyeron las bases del México moderno. Como bien dijo Benito Juárez: “No se puede gobernar a base de impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes. No se pueden improvisar fortunas, ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, disponiéndose a vivir, en la honrada medianía que proporciona la retribución que la ley les señala”.