Explorando las consecuencias económicas del apagón informático de Microsoft en el transporte aéreo
Según el reportero Aaron Maté, CrowdStrike juega un papel crucial en la infraestructura tecnológica global, especialmente en la protección del ecosistema de Microsoft. Un error en el software causó un apagón mundial, impactando económicamente a varios sectores, incluyendo las aerolíneas.
CrowdStrike implementó una actualización de su producto de seguridad Falcon para sistemas Microsoft en la madrugada del 19 de julio. A pesar de esto, como menciona el blog oficial de la empresa, el software causó errores críticos en sistemas de aerolíneas, bancos, hospitales, escuelas y otras áreas dependientes de Windows.
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Bajo el hashtag #Crowdstrike, usuarios en redes sociales postearon imágenes de terminales afectadas mostrando un error de ‘pantalla azul de la muerte’, visto en aeropuertos de American Airlines.
En India, los clientes compartieron fotos de boletos escritos a mano durante las primeras horas del 19 de julio. Estas circunstancias destacaron los problemas de infraestructura TI que también afectaron los sistemas de navegación aérea.
La Administración Federal de Aviación (FAA) indicó que el fallo de Microsoft forzó a las aerolíneas a buscar apoyo externo para sus sistemas de TI. Sin acceso al sistema de validación de boletos, que coordina procesos vitales para los vuelos, muchas aerolíneas tuvieron que cancelar o posponer vuelos.
Según datos de la FAA y Cirium, más de cinco mil vuelos fueron suspendidos, y solo 4.6% han sido reprogramados. Airlines for America calculó que un día de interrupciones aéreas puede costar hasta 30 millones de dólares, sin incluir compensaciones, basándose en vuelos de una hora.
Aunque los pasajeros enfrentan la mayoría de estos costos, los gastos de combustible e infraestructura son significativos. Cancelar un vuelo puede representar un costo de entre 21 mil y 42 mil dólares para una aerolínea.
CrowdStrike también sufrió impactos económicos significativos, perdiendo 12% de su valor en bolsa. Según MarketWatch, el CEO George Kurtz perdió 42 millones de dólares en acciones, aunque su compensación fue 237 veces mayor que la de sus empleados, alcanzando 46 millones de dólares.