Morelia, Michoacán.- “Cada sacrificio que pasa por cualquier cosa ha valido la pena para las cosas que tengo y las cosas que hasta ahora me han llevado a ser lo que soy”, expresó Ángel Ibarra Jasso, un joven con discapacidad que ha sabido sacar el mayor provecho a su condición y además de ser estudiante de la Licenciatura en Derecho en la Universidad Latina de América, también es deportista profesional en la disciplina de Boccia, ya con diversas competencias y galardones en su trayectoria.
Ángel, platicó a Contramuro que para él es complicado, difícil y cansado combinar sus tiempos, pues como un chico de 18 años también tiene vida social, debe estudiar para sus exámenes y llevar buenas calificaciones pues ya en ocasiones le ha costado materias reprobadas, pero sobre todo entrenar para obtener los mejores resultados en sus competencias.
Y para el joven estudiante de la Universidad Latina de América la meta siguiente y su mayor sueño, es poder cantar el Himno Nacional Mexicano y ver la bandera de México en lo más alto en una competencia internacional, para lo cual práctica y entrena su disciplina con la mayor concentración, debido a que el Boccia es un deporte de estrategia, para el que dedica más de cuatro horas diarias y en ocasiones dos sesiones al día.
“Trato de complementarlo con el estudio y prepararme. Poco a poco ir creciendo no solo en el ámbito deportivo, si no en lo profesional y como persona. Es difícil y muy pesado pero creo que la vida me ha enseñado que para todo hay tiempo y no hay imposibles. Cada cosa a su tiempo, me ha costado mucho trabajo pero siempre digo que cada sacrificio vale la pena”, expresó el joven.
Y es que desde hace casi seis años que Ángel practica el Boccia de manera profesional, ya ha sido seleccionado juvenil en diversas ocasiones en la Selección de México y fue uno de los participantes en los Juegos Parapanamericanos Juveniles en Sao Paolo, Brasil. Así como Paralimpiada Nacional y competencias locales. Las siguientes competiciones de Ángel serán el próximo año y trabajará para estar dentro de los seleccionados mexicanos en competencias internacionales.
“No debemos derrumbarnos por cosas pequeñas, hay que seguir adelante. Yo agradezco el apoyo de la UNLA, de mi familia y mis amigos, de mis entrenadores y todos los que han estado a mi lado en los momentos difíciles y los buenos. Tengo sueños y ellos me ayudan a cumplirlos”.