Experto explora la eficacia legislativa en México bajo el actual gobierno federal.
Durante el actual gobierno, la Cámara de Diputados ha sido el principal campo de batalla para las iniciativas presidenciales, donde la eficacia legislativa en México sumó un 90% de las propuestas siendo remitidas a esta instancia. Sin embargo, la capacidad del gobierno para concretar reformas ha disminuido significativamente, logrando solo un 43% de éxito en la legislatura actual.
Este es uno de los índices más bajos para un presidente mexicano desde el comienzo de la democracia alternativa en el país, de acuerdo con datos del Buró Parlamentario liderado por Sergio A. Bárcena, experto en la materia.
Sergio A. Bárcena, investigador del Tecnológico de Monterrey Campus CDMX, señala que las propuestas del ejecutivo han enfrentado una fuerte resistencia legislativa, con un promedio de procesamiento superior a seis meses. Además, el especialista predice que las futuras reformas presidenciales probablemente serán más simbólicas que funcionales, dejando un legado político más que cambios sustanciales.
“Casi siempre el primer trienio del sexenio es cuando trae el Ejecutivo su bono de votos. Es cuando introduce sus iniciativas más significativas y cuando tiene un poquito más de aprobación”
Sergio A. Bárcena, investigador del Tecnológico de Monterrey Campus CDMX
En el análisis de la eficiencia legislativa de los últimos cuatro mandatos, se destaca que los presidentes que dependen de la oposición para impulsar reformas constitucionales tienen más éxito al principio de sus mandatos. Esto se debe a que, en la segunda mitad, el Congreso se centra más en las próximas elecciones, lo que Bárcena describe como “el pato cojo”.
Los presidentes anteriores, como Vicente Fox y Felipe Calderón, tuvieron porcentajes de aprobación más altos en sus primeros términos. Enrique Peña Nieto logró el apoyo más alto para las reformas constitucionales gracias al Pacto por México, aunque también enfrentó una disminución en la segunda mitad de su sexenio. Por su parte, López Obrador disfrutó de una alta eficacia legislativa al comienzo de su gobierno, pero ahora enfrenta un escenario desafiante con solo el 43% de sus iniciativas aprobadas en el segundo tramo de su mandato.
La dificultad para realizar reformas constitucionales ha sido evidente en la 65 legislatura, donde la oposición ha rechazado cambios significativos en materia eléctrica y electoral. A pesar de los esfuerzos por modificar leyes secundarias que contradicen la Constitución, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha invalidado varias de estas iniciativas.
Finalmente, Bárcena documenta la colaboración entre el PRI y el gobierno actual, lo que sugiere la existencia de un “Primor parlamentario”. Las cifras de aprobación de reformas constitucionales demuestran que el PRI ha colaborado en un 88% de las iniciativas enviadas por el Ejecutivo, seguido por otros partidos en menor medida.