Andrés Manuel López Obrador acusó recibo de lo que nos dijo en este espacio Juan Pablo Castañón. No le gustó ni tantito la declarada desconfianza que le tiene el presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
El candidato presidencial de Morena, PT y PES se mostró incluso sorprendido por el ruido que provocó su afirmación de que, si hay fraude electoral, se soltará “el tigre” y que él “no lo va a amarrar”.
Andrés no acepta la lectura acerca de que es una advertencia de lo que pasará si no gana la elección presidencial, a pesar de llevar 20 puntos de ventaja. “No es un señalamiento de mala fe, tampoco un llamado a la violencia”, aclaró.
Mucho menos acepta la afirmación de que las relaciones con los empresarios serán complicadas si él llega a Los Pinos el primero de diciembre próximo.
“Los empresarios nos dan su apoyo, su confianza, en las reuniones que llevamos a cabo en todos los estados. Han estado receptivos, atentos, si simpatizan o si no simpatizan, nos respetan”.
El tabasqueño, por cierto, comparó, desfavorablemente, al presidente del CCE con el mero mero de la Coparmex, Gustavo de Hoyos.
“Me gustó mucho, por ejemplo, lo que dijo el presidente de la Coparmex. Muy distinto a lo que expresó el del Consejo Coordinador Empresarial.
“El de la Coparmex señaló que los organismos empresariales no tienen candidato y que no me ven con malos ojos.
“De lo que dijo el presidente del Consejo Coordinador Empresarial no voy a responderle”, puntualizó.
“No voy a caer en una provocación. Voy a seguir informando sobre nuestra propuesta sin confrontarnos, sin pleitos”, subrayó.
Castañón nos dijo que Alfonso Romo, enlace de AMLO con los empresarios, les dice, en corto, que no será revertida la Reforma Energética, pero hizo notar que, en sus discursos, Andrés advierte que las inversiones en este sector serán revisadas.
El tono de AMLO se endureció al hablar de Claudio X. González y de Roberto Hernández. A los dos los mencionó por su nombre.
“A los que están en contra de nosotros aportan dinero para la guerra sucia y tienen a medios de información a su servicio, no les gusta lo nuestro, no nos ven con buenos ojos porque no quieren dejar de robar, no tienen llenadera”, dijo.
- El caso de la empresa Manhattan Master Plan Development, que adquirió en 54 millones de pesos una nave industrial que le vendió Ricardo Anaya, ya está en el Tribunal Federal de Justicia Administrativa.
La citada empresa rechaza los señalamientos del SAT en el sentido de que es “fantasma” y reclama que la saquen de la “lista negra”.
Para lograrlo interpuso una demanda, que la autoridad tiene 30 días hábiles para responder.
El tema no es menor. Si el TFJA confirma que es fantasma, lo que se perfila, se fortalece la hipótesis del lavado. Pero si no, se trastoca el caso de la PGR.
- Las cosas se ven cada vez más complicadas para Ricardo. Las encuestas reflejan un estancamiento o una ligera baja en las referencias electorales.
El candidato del Frente viajó a Alemania para buscar apoyo internacional ante lo que considera una “guerra sucia” del PRI-gobierno en su contra.
Pero las malas noticias se suceden. A Juan Carlos Reyes García, dueño de la citada empresa, le fue negada la suspensión provisional que solicitó al juez.
Es lo mismo que le ocurrió al empresario queretano Manuel Barreiro, quien tiene en sus manos la suerte del candidato presidencial.
Sólo hay una buena para Ricardo. El INE ordenó a la PGR eliminar los comunicados y videos que tiene sobre el candidato frentista.
Vulnera la equidad, asevera.
- Vaya ruido provocó el senador Mario Delgado, del bloque PT-Morena, con el video que grabó en el exclusivo fraccionamiento de Bishops Lake, en Atlanta, Estados Unidos.
El hombre viajó hasta ese lugar para mostrar la casa donde Anaya “quería vivir, antes de que se le ocurriera ser candidato presidencial”.
“Era la época dorada del Pacto por México. Como diputado federal, Anayaaprobaba las reformas de Peña Nieto. Se vivía la fiesta grande de los moches y multiplicaba su fortuna con dudosas inversiones”, narró Delgado.
Volvemos con Juan Pablo Castañón. El empresario nos contó una anécdota que ilustra su cercanía con Carlos Aceves del Olmo, dirigente de la CTM. Ocurrió el 19 de septiembre pasado, en pleno temblor.
Los dos se encontraban con el entonces secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, cuando se empezó a mover el edificio de la dependencia. Había que salir de allí, pero los elevadores estaban inhabilitados.
Aceves del Olmo anda en silla de ruedas. Bajarlo por las escaleras era complicado. No lo pensaron. De un lado se puso el presidente del Consejo Coordinador Empresarial; del otro, el secretario del Trabajo, y lo bajaron como pudieron.
La anécdota ilustra el gusto, la solidaridad y la cercanía entre cúpulas empresarial, obrera y gubernamental.
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