Tijuana.- El candidato independiente a la Presidencia de la República, Jaime Rodríguez, afirmó que Andrés Manuel López Obrador no debe ser el Primer Mandatario, porque es manipulable y así no se puede dirigir a un país.
Al participar en el encuentro Reflexión México, organizado por el movimiento Tijuana Innovadora, Rodríguez Calderón señaló que al invitar a los candidatos de los partidos, en particular a López Obrador, a abrazar a sus oponentes Ricardo Anaya y José Antonio Meade, quiso demostrar que el político tabasqueño es manipulable.
“De lo que Andrés dice amor y paz, pero no es, tiene un hígado negro. Sí, si vieron llegó así, nomás… Imagínense que yo manipulé a Andrés Manuel ¿y podrá ser Presidente? Yo lo manipulé, quise demostrar que es un hombre manipulable, no le quedó de otra más que ir a fuercita, ¡pero llevaba el puñal acá por atrás, pas cabrón! Porque salieron hasta enojados, no podemos seguir en esa confronta”, dijo.
Ante el público invitado al World Trade Center, en Tijuana, por Tijuana Innovadora y el Centro de Estudios México-Estados Unidos de la Universidad de California, en San Diego, añadió que en materia de seguridad, es mejor aplicar las “tijeras” que la “amnistía” propuesta por el ex Jefe de Gobierno del anterior Distrito Federal.
“Al delincuente no hay que perdonarlo, ¿o sí? ¿Qué quieren, amnistía o tijeras? ¡Díganmenlo!”, emplazó a los presentes que en su mayoría le respondió exclamando: “¡tijeras!”.
“La amnistía no es que no esté de acuerdo, eso si fuéramos un país culto, educado, alguien comete un error y podemos perdonarlo. Pero aquel que mutila, secuestra, viola, desaparece un chamaco, le saca los órganos, ¿qué merece? Tampoco se queden así: no es que eso me da miedo. ¡Bueno, entonces no hacemos ni madre y vamos a destrozarnos todos!”, advirtió.
Añadió que los problemas de seguridad de zonas como Tijuana, solo se resolverán si el Presidente de la República los atiende directamente en el lugar, con coordinación adecuada con los estados y municipios, y con la ayuda de expertos que deben ser contratados sin importar si provienen del extranjero.
Al responder a cuestionamientos sobre sus propuestas para la frontera norte, remarcó que bajaría impuestos, modificaría la Ley de Coordinación Fiscal para repartir equitativamente los ingresos entre estados y la Federación.
También dijo que terminaría con los programas asistencialistas y de entrega de dádivas, porque están “destruyendo a México”.
Se pronunció a favor de crear zonas económicas especiales en la frontera norte, donde ya existe la infraestructura necesaria para funcionar.
Contrario a lo que ha sucedido en el sureste, donde los proyectos firmados hace tres años no han avanzado porque en sitios como en Oaxaca “hay protestas hasta por enredar el queso”, criticó.
Reiteró su propuesta de incrementar el salario mínimo a 335 pesos por jornada; implementaría subsidios al salario de genios y expertos contratados por la iniciativa privada; e insistió en eliminar el asistencialismo y los programas sociales que convierten a las señoras en “flojas”.
Relató que después de terminar su encargo como alcalde en el municipio de García, en Nuevo León, regresó a su rancho, donde se aisló, porque no quería ocupar más cargos públicos ni arriesgar a su familia.
“Este es un México de cobardes, de atenidos, que quieren que todo mundo les haga y no hacen nada por salir adelante y creen que pagando impuestos es suficiente. Y yo dije, para qué me meto, ya le piqué la cresta al gallo muchas veces”, llegó a pensar.
Para cerrar su participación, al momento de invitar a su familia a acompañarlo en la parte frontal del foro en que se presentó, llamó a su esposa Adalina con un: “¡Vente Ada!” y como no obtuvo respuesta inmediata, lanzó el acostumbrado silbido con el que suele dirigirse a ella.