Morelia, Michoacán.- La calzada se iluminó y su calle mostró los dieciocho bustos de los personajes ilustres de Michoacán, adornados con flores, comida, artículos y velas, todos ellos recordados por asociaciones civiles e integrantes del Centro de Convenciones y Exposiciones de Morelia.
Las miradas inertes de los personajes, miran al olvido, ese que los alcanzó desde hace ya algun tiempo y que sólo en estas fechas son recordados por lo que brindaron a Michoacán.
Algunos altares adornados con comida, chiles rellenos, calabacitas, elotes, el famoso y tradicional pan de muerto; comida que colocada en platos para que ellos degusten el manjar y se lleven algo de este mundo a su mundo.
Las velas prendidas iluminan el camino a su ofrenda, como los senderos que todos recorren para llegar a casa después de un día ajetreado.
Niños, jóvenes y adultos detienen su andar para admirar los tradicionales altares. Con mirada analítica observan cada detalle puesto, pero no observan los rostros de los perdonajes, ellos que cuidan día a día esta calzada en espera de estas fechas.
La noche desciende sobre ellos y una vez más, las luces de las velas los acompañan para que no se sientan solos bajo la enorme ciudad, esa ciudad a la que tanto le dieron y pocos los recuerdan.
Tanta es la espera y los días son tan breves que la celebración se vive más como un día de fiesta y no de recordar a los que se fueron. Sólo aquellos que aún guardan nostalgia por esos seres anhelan este día, donde sus seres queridos regresan a visitarlos.