Ciudad de México.- Lamentable, muy lamentable fue la respuesta del Presidente López Obrador sobre su postura frente a la detención del General Salvador Cienfuegos, Secretario de la Defensa de la administración del Presidente Enrique Peña Nieto: ¨muestra la descomposición del régimen neoliberal, y hasta qué grado escaló la corrupción de los anteriores gobiernos¨.
Esperar alguna postura más de fondo era imposible, y mucho menos esperar prudencia frente a su característico impulso irreflexivo, no alcanzó a discernir que el gobierno de los Estados Unidos mandó al diablo a su principal instrumento de gobierno y de paso le espetó en su cara no confió en ninguna de tus instituciones para compartir información de inteligencia.
Es la detención que realizan las agencias norteamericanas de más alto nivel en la histórica de la relación bilateral con respecto al combate contra el narcotráfico, y la aplican a la institución más reconocida y legitimada por los mexicanos y por el actual Presidente de la República como lo es el Ejercito mexicano.
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Sin embargo, es la culminación de una relación complicada y de añeja desconfianza entre las agencias de los Estados Unidos con el Ejercito mexicano.
Durante la pasada administración, fue evidente la preferencia de coordinación de las instituciones norteamericanas con la Marina en perjuicio del propio ejercito, las detenciones más relumbrantes durante el pasado sexenio y los trabajos más finos de inteligencia fueron con la Marina, y no fueron prudentes en no hacerlo público.
Las desconfianza hacia los trabajos del ejercito y la probable connivencia entre sus estructura militares con el crimen organizado, fueron públicas y notorias.
Un solo dato vale la pena recordar, la filtración de las llamadas y mensajes entre integrantes de la organización criminal Guerreros Unidos con militares asentados en la zona militar del estado de Guerrero lo hizo la DEA, para mostrar el nivel de conocimiento que tenían los militares de la producción y trafico de mariguana y fentanilo en el principal estado productor de estas drogas del país.
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El gobierno de los Estados Unidos, mostró durante la pasada administración un reiterado malestar sobre el poco compromiso que tenía la milicia para contener la producción y tráfico del fentanilo en la entidad, que tuvo grandes repercusiones en las áreas de salud pública en diversas ciudades de los Estados Unidos.
Fue la principal droga responsable de innumerables muertes en los Estados Unidos durante los últimos años.
De igual manera, causó mucho malestar en las agencias que fuera en los Estados Unidos dónde se detuviera al Fiscal General del Nayarit Edgar Veytia, sin un sólo indicio de investigación por parte de las instituciones mexicanas en sus vínculos con el crimen organizado, siendo la entidad federativa que tuvo el mayor número de homicidios dolosos entre los años 2014 y 2018.
Aún a pesar de ello, confiaban en las tareas de inteligencia y operación con la Marina mexicana durante el anterior gobierno. No es gratuito, que la detención del capo más importante del mundo, el Chapo Guzmán así nombrado por el propio gobierno americano, lo hizo en ambas ocasiones solamente con la coordinación de labores de inteligencia con la Marina y con el apoyo táctico de la extinta PFP.
La detención del General Cienfuegos, manda un mensaje muy grave a las instituciones mexicanas, hoy no confiamos en nadie, nadie del gobierno mexicano ni siquiera de manera directa el propio Presidente López Obrador estaba enterado de la investigación y probable detención del General.
Aún y cuando están en conocimiento de la enorme relevancia que representa para este gobierno, el papel del ejercito metido en casi todas las tareas de gobierno de esta administración.
A diferencia de García Luna, el General Cienfuegos tiene una profunda ascendencia en las estructuras militares en este momento, muchos de sus colaboradores y cuadros de alta dirección fueron forjados o promovidos por él, pensar que su detención no tiene nada que ver con la institución es ingenuo y superficial.
No hay precedente en el daño que se están infringiendo a esta institución y en el momento es que es el principal responsable de la Seguridad Nacional y Pública del país por decisión propia de López Obrador.
El desprestigio de las instituciones mexicanas por este hecho es mundial y no se excluye a este gobierno de esta percepción, algo que el nativismo de esta administración no alcanza a visualizar, se siente aún opositor siendo ya gobierno, y cree ingenuamente que todo es producto del modelos neoliberal, pronto muy pronto pensarán dos veces el poder ir a Disneylandia.