La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, de las Naciones Unidas, establece una visión transformadora hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental de los miembros de la ONU que la suscribieron y será la guía de referencia para el trabajo de la institución durante los próximos 15 años. Aunque es poco tiempo para recuperar todo el daño que se la ha hecho a la naturaleza, al medio ambiente y al hombre económico que se ha construido en detrimento del hombre social, no deja de ser esperanzadora.
Esta nueva hoja de ruta presenta una oportunidad histórica para México, las entidades federadas y los ayuntamientos que son el primer contacto de las personas con la autoridad; la agenda 2030 incluye temas prioritarios para mejorar las condiciones de la sociedad en términos de sus derechos humanos y sus libertades..
Entre los temas y aspectos que toca la agenda 2030 está la reducción de la desigualdad en todas sus dimensiones, un crecimiento económico inclusivo con trabajo para todos, ciudades sostenibles y cambio climático, cero pobreza, la paz y el desarrollo, entre otros; para ello se requieren de recursos, sí, pero también de que los servidores públicos cumplan con sus responsabilidades, y la sociedad coadyuve en estas tareas.
El conocimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) asociados a esta Agenda ayuda a evaluar el punto de partida de los municipios y a analizar y formular los medios para alcanzar esta nueva visión del desarrollo sostenible, que se expresó de manera colectiva por los países miembros de la ONU y quedó plasmada en la Agenda 2030 y que ahora puede ser implementada en las áreas más locales, municipales.
Los ODS también son una herramienta para el diseño de la política pública, éstos también orientan y comparten la visión internacional, que puede ser aterrizada en los contextos regionales y locales. Planteada con una visión a largo plazo, constituye un apoyo para que cada entidad administrativa en los municipios diseñe el camino hacia un desarrollo sostenido, inclusivo y en armonía con el medio ambiente, a través de políticas públicas e instrumentos de presupuesto, seguimiento y evaluación, con la mayor participación social. Requerimos que el seguimiento y la evaluación este presente la sociedad civil siempre, ellos y ellas legitimaran el trabajo de la autoridades, avalando las reelecciones.
Por otro lado, la agenda 2030 es una propuesta para la dignificación del ser humano, que pone la dignidad, la igualdad y las libertades de las personas en el centro y a partir de ahí diseñar y construir la política pública.
No dejo de reconocer los alcances que tiene la agenda 2030, para ello, se requiere de la más amplia participación de todos los sectores de la sociedad, de los grupos en situación de vulnerabilidad, pero también necesita del Estado para su implementación.
Finalmente la agenda 2030, debe incluir a todos los actores sociales y políticos, debe hacer participar, a los académicos, a la sociedad en general, a los grupos en situación de vulnerabilidad, a los niños, niñas y adolescentes, porque con ello, lograremos hacer una sociedad incluyente, justa, generosa, humanizada, pero sobre todo, construida en los valores sociales.
La agenda 2030 puede ser una agenda de buena fe, si es que los recursos no se asignan para su implementación, si es que los servidores públicos no diseñan su política pública con ejes transversales, si es que se la toman a la ligera.
Así, esta agenda, plantea incluir los temas que a todos nos atañen, el respeto a los derechos humanos, la igualdad y no discriminación, la perspectiva de género, además de lo relacionada con la interculturalidad, la cooperación, la anticorrupción, los gobiernos abiertos y temas de respeto a los derechos de la naturaleza, del medio ambiente y del cuidado y respeto a la biodiversidad.