Hace unos días escribí en esta columna la importancia y necesidad de que las aspirantes o los aspirantes a gobernar los destinos de la nación mexicana para los próximos años profundizaran más sobre sus ideas, propuestas y proyectos específicos. Los mexicanos estamos cansados de las campañas que centran sus recursos al desprestigio, a la calumnia o al “golpeteo” del adversario, la llamada guerra sucia.
Es por ello que inicio, en este breve periodo de intercampañas, al análisis de los puntos de referencia que nos permitan medir, con algún elemento (métrica) o medida de algún tipo (parámetro), las distintas propuestas que representan los candidatos y sus fuerzas políticas que los respaldan rumbo a las elecciones presidenciales de este año.
El primer elemento de análisis que traigo a la reflexión colectiva e individual es el relativo al desarrollo económico a nivel estatal. No olvidemos que la base de nuestra riqueza nacional es la diversidad que se plasma en el Pacto Federal, en donde cada entidad federativa es el motor del desarrollo económico de una región específica de este gran México que es rico en cultura, biodiversidad, materias primas y un amplio territorio de casi 2 millones de kilómetros cuadrados. Por lo que, el papel activo de los estados y sus fuerzas productivas es vital para romper las visiones arcaicas que piensan que todo se resuelve desde el centro. México no puede crecer económicamente sí los estados no crecen y se potencializan sus respectivas ventajas competitivas.
Por ello, traigo un par de datos duros que emiten el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el primero relativo a la medición de la competitividad de los estados para atraer y retener inversiones, mientras que el segundo es la cifra oficial del crecimiento económico a través de la medición anual del Producto Interno Bruto (PIB) estatal de 2016. Para lo cual incorpore como dato complementario el del partido que gobierna a nivel estatal cada entidad para tener puntos de referencia en el análisis de donde se destacan los siguientes puntos generales.
En cuanto a la competitividad, el índice del IMCO muestra que las 5 entidades federativas que tienen mejores resultados son la Ciudad de México (PRD) que ocupa el primer lugar en 2014 y a la que le siguen Aguascalientes (PAN), Nuevo León (Ind), Colima (PRI) y Querétaro (PAN). Mientras que las 5 entidades con los resultados más bajos son Veracruz (PAN), Michoacán (PRD), Chiapas (PVEM), Oaxaca (PRI) y Guerrero (PRI). Una simple mirada, invita a reflexionar cuáles son las políticas públicas y acciones de gobierno que marcan diferencia entre las gestiones de los distintos gobiernos que las encabezan.
¿Cómo ser más competitivos? Es una pregunta vital para toda empresa o negocio. A nivel micro comprende evaluar las múltiples opciones posibles para elevar la productividad y la calidad de los bienes o servicios que se ofrecen a los clientes, ya sea con un mejor uso de la tecnología, el aprovechamiento de innovaciones o adelantos científicos, la capacitación del personal, la calidad total en la atención de los clientes, entre otros. Pero a nivel macro implica asegurar condiciones que le brinden confianza y seguridad a los inversionistas y empresarios que sus recursos económicos están seguros y generaran mayor riqueza, desarrollo y mejores estándares de bienestar social.
Al analizar la evolución del comportamiento del índice de competitividad estatal durante el periodo de 2001 a 2014, se destaca que las entidades con mejor desempeño fueron Hidalgo (PRI) que paso de la posición 25 a la 20, Sonora (PRI) al pasar de la 11 a la 6 y Nayarit (PAN) que avanzó 9 posiciones pasando del 26 al 17. Mientras que la mayor parte de las entidades se mantuvo en los mismos niveles mostrando nula o muy baja variación. Al respecto, el caso de las entidades que tuvieron una drástica caída en el periodo fueron Tamaulipas (PAN), Baja California (PAN) y Tabasco (PRD). Situaciones que invitan a reflexionar sobre las estrategias y acciones que contribuyeron a estas variaciones durante el periodo en cuestión y por cada caso en separado.
Por lo que corresponde al crecimiento económico, los estados en donde aumento considerablemente el PIB 2016 fue Aguascalientes (PAN) con el 6%, Colima (PRI), Quintana Roo (PRD), Durango (PAN), Sonora (PRI) y Michoacán (PRD); mientras que los que han tenido una disminución son de Oaxaca (PRI=, Tabasco (PRD), Tlaxcala (PRI) y Baja California Sur (PAN). Con esta información tomada del INEGI, la pregunta nodal es cómo hacer que se genere y distribuya mejor la riqueza en nuestro México.
En este sentido, las miradas de los candidatos a la presidencia deben voltear hacia las políticas de gobierno que se han impulsado por los gobiernos respectivo. El desarrollo económico sustentable y sostenible requiere un rumbo que logre articular los tradicionales intereses desenfrenados de máxima ganancia empresarial con los modelos de empresa socialmente responsables. No está nada mal empezar por este tema para invitar a la reflexión y al debate con los candidatos pensando en una Agenda 2030. Veremos si hay eco en ello.