José Luis Beltrán, maestro y formador, destacó que educar es un acto de amor esencial para el desarrollo humano y social.
Tacámbaro, Michoacán.- Educar es un acto de amor que ayuda a formar a otras personas, afirmó José Luis Beltrán Sánchez, maestro rural con más de nueve años de servicio docente, actualmente frente a grupo en la Escuela Primaria Constitución de 1917, en el municipio de Tacámbaro.
Es egresado de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal Urbana Federal Prof. J. Jesús Romero Flores, recientemente reconocido al Mérito Educativo por su excepcional labor docente en beneficio de la niñez mexicana y por honrar a la escuela que lo forjó como profesional de la educación.
Para el maestro José Luis, quien también es formador de futuros docentes en la Universidad para el Bienestar Benito Juárez, educar es verdaderamente especial, porque en su esencia humaniza a las personas al ayudar a otros, “somos parte fundamental del desarrollo de la sociedad. Debemos reconocernos como héroes modernos y contribuir de manera significativa y consciente”, asegura.
A lo largo de su carrera, Beltrán ha experimentado momentos de gran satisfacción, desde viajar a comunidades remotas a transmitir conocimientos, hasta dar discursos en lugares emblemáticos como la Torre Eiffel, sin embargo, lo que más valora son los encuentros fortuitos con sus alumnos en la calle, quienes con una sonrisa le llaman “maestro”.
En el marco del Día del Maestro y la Maestra, el docente michoacano aprovecha para felicitar a sus colegas, a quienes admira profundamente. Además, hace un llamado a comprender que la educación no es cualquier trabajo, es un proceso humano que implica sonrisas, sueños y esperanzas de niñas, niños y jóvenes.
“Vamos a trabajar con la misma seriedad con la que jugaría un niño, divirtámonos y estudiemos más, recordando siempre la importancia y el impacto de nuestra labor en la sociedad”, invitó Beltrán Sánchez a normalistas y futuros docentes.