Familias completan realizan el recorrido en los templos cercanos o ubicados en el Centro Histórico de Morelia
Morelia, Michoacán.- “Es con mi oración y mi visita a tu santísima casa que he de acompañarte en tu dolor”, reza en voz alta una mujer joven hincada frente a la imagen de Jesús Crucificado en la Catedral de Morelia. A pesar del murmullo que se escucha en la nave, ella concentrada y con los ojos cerrados que solamente abre cuando dirige la mirada hacia el Cristo, parece no oír nada.
Algunos la miran, otros incluso que pasan a un costado se detienen un poco porque su rezo es en voz alta, porque se escucha entre los gritos de pequeñitos inquietos o de oraciones de otros fieles católicos que como cada Jueves Santo, acuden a siete templos a orar como parte de las tradiciones que se realizan en Semana Santa.
Y deben ser solamente siete ¿por qué? Cada uno representa un pasaje distinto de la aprehensión de Cristo, desde el rezo en el Huerto del Getsemaní después de la última cena, hasta el recorrido que hizo al monte Calvario donde finalmente fue crucificado y murió.
La visita a los siete templos es una representación de la pasión y muerte de Jesús, cada templo tiene un significado distinto en alusión a las casas que tuvo que visitar una vez que fue apresado para ser juzgado, desde la casa de los sacerdotes que pidieron su crucifixión, hasta su juicio en la Poncio Pilatos.
En la actualidad, este recorrido se hace regularmente en silencio de manera personal o con compañía, pero con reflexiones de templo a templo. En el caso del Centro Histórico de Morelia, los feligreses casi siempre inician en la Catedral del Divino Salvador o bien, en el templo de San Agustín para concluir en la Catedral.
Pasan al templo de San Francisco, al conocido como el de las Monjas y el de las Rosas que son templos marianos, a San José y a la Merced, todos ellos cerca o en el primer cuadro del Centro Histórico; hacen las oraciones que previamente aprendieron o bien que adquirieron fuera de los templos en un pequeño panfleto y oran.
Son en su mayoría mujeres de mediana edad las que acuden a hacer esta oración, pero también hay familias completas, parejas y jóvenes que no pierden la fe en la Iglesia Católica y para quienes estos días son de guardar, de reflexión y de oración.