Tras 9 años de la intervención de la autoridad federal en el albergue de “Mamá Rosa”, habrá disculpa pública para las víctimas
Morelia, Michoacán.- Era el mes de julio de 2014 cuando autoridades federales intervinieron en el albergue de “La Gran Familia”, conocido por todos los habitantes del municipio de Zamora por su labor que se entendía, “altruista”. A la cabeza, estaba la hoy finada Rosa del Carmen Verduzco Verduzco, mejor conocida como “Mamá Rosa”, aunque los más de 500 niños, jóvenes y adultos que para entonces vivían en el lugar, le llamaban “la jefa”.
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El olor que se percibía desde las calles alrededor del inmueble era fétido y al ingresar se agudizaba. Un gran patio central aparentemente limpio, desde el que se observaban los edificios que formaban parte del recinto y que albergaban las habitaciones, estaba ya “invadido” por bancas tipo escolar, cómodas, ropa y una gran cantidad de niños, jóvenes y adultos que miraban, algunos todavía sin comprender, la presencia de autoridades, elementos de seguridad, personal de aseo, visitadores de Derechos Humanos y representantes de medios de comunicación.
El seguimiento de varias denuncias que sobretodo, padres de familia presentaron al no poder “recuperar” a sus hijos luego de haber recibido la recomendación de internarlos con “Mamá Rosa”, fue el motivo por el cual, elementos del Ejército Mexicano y de la Policía Federal intervinieron el lugar para -de acuerdo con las declaraciones del ex entonces procurador, Jesús Murillo Karam- rescatar a los niños, jóvenes y adultos que aseguró, eran explotados.
En un segundo patio al que, de acuerdo a sus ocupantes “ya no podía entrar nadie”, la realidad era distinta (…) Decenas de bolsas con basura, instrumentos musicales rotos e incompletos, viejas máquinas de escribir amontonadas y más ropa sucia, eran el panorama que, a decir de algunos niños y jóvenes que habitaban en “La Gran Familia”, se veía a diario.
Las autoridades detuvieron al menos a 6 personas que junto con “la jefa” y otros, controlaban a los internos del albergue; la trata de personas, abusos sexuales, violaciones, maltratos físicos y psicológicos, así como la explotación, fueron parte de la investigación que sólo dejó a 2 de los 6 detenidos, tras las rejas.
La recomendación de la CNDH
Hoy, a 9 años de aquella intervención las autoridades de los gobiernos federal, estatal de 15 entidades (Michoacán y otros que canalizaron a través de sus sistemas DIF a niños y jóvenes al albergue) y municipal (Zamora), deberán ofrecer una disculpa pública a las víctimas de aquellos hechos, además de erigir un memorial en su honor. La fecha tentativa para el primer acto sería el próximo 30 de octubre, cuando se emitió la recomendación.
La subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobierno del Estado de Michoacán, Elvia Higuera Pérez, adelantó que ya se ha llegado al consenso para el documento que se va a presentar como disculpa pública; además de que ya se eligió en una colonia marginada de Zamora, un espacio que será adaptado con jardines y a manera de parque infantil, como memorial para las víctimas de La Gran Familia.
La funcionaria estatal declaró que la recomendación sugiere que el memorial fuera instaurado en el recinto en el que al menos 4 mil niños, jóvenes y adultos vivieron bajo el cuidado y control de Rosa Verduzco. Sin embargo, la gran cantidad de “hijos” que dejó tras su muerte, es un impedimento para ello. Y es que, “Mamá Rosa”, registraba como suyos a los bebés que nacían al interior de La Gran Familia; ella misma reconoció que hacía convenios con los padres de familia para que, ante notario público le cedieran la custodia de sus hijos, al menos hasta su mayoría de edad y posteriormente, también los registraba como suyos.
“Dejó a su nombre más de 600 niños (…) La señora fallece y deja una herencia cuantiosa en cuanto a esa propiedad, pero no ha habido un juicio testamentario por tantos hijos que dejó. Hay mucho cuidado en la leyenda de la placa, porque Rosa Verduzco es una señora que genera polarización de comentarios, hay personas que la adoran y la ven como una santa, agradecen lo que hizo para niños y niñas; y hay personas que totalmente no pueden verla. No se trata de polarizar, sino de tener una memoria de lo que pasó y no se vuelva a repetir”.
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