Morelia, Michoacán.- La estructura económica estatal en el largo plazo está debilitada en los sectores tradicionales como el campo, la industria manufacturera y el sector comercial, lo que relega la modernización de la industria en sectores clave para el desarrollo de Michoacán, así lo expresó el coordinador de proyectos estratégicos del Colegio de Economistas del Estado de Michoacán (CEEM), Heliodoro Gil Corona.
El economista informó que al cierre del 2017, la economía michoacana registró una desaceleración con una tasa de 1.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), frente a una tasa de 3.7 por ciento reportado en 2016. Y adelantó que para el año en curso se estima un comportamiento similar, con lo que se podría tener una dinámica económica “floja”, con poca inversión productiva que podría repercutir en el empleo formal.
“Sin embargo y pese a la desaceleración económica, el empleo formal experimentó un repunte del 27.4 por ciento con 29 mil 270 plazas durante 2017. Pero para 2018 hay una estimación de reducción en aproximadamente un 30 por ciento, que solamente crearía alrededor de 20 mil empleos formales. La parte que se mantiene será la de las remesas que en 2017 captó más de dos mil 895 millones de dólares”, explicó.
Aunado a ello, Gil Corona refirió que la crisis estructural de las finanzas públicas que se agudizó durante 2017 es otra de las situaciones que han mermado de forma relevante las condiciones financieras del gobierno estatal, lo que reduce la capacidad de inversión pública y afecta en los indicadores de sostenibilidad financiera.
“Otra consecuencia de este debilitamiento es la incertidumbre que genera el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), pues la zozobra de desempeño de los mercados financiero y cambiario, así como las limitaciones presupuestarias de estados y municipios derivado de los costos de la reconstrucción de los sismos de septiembre de 2017 y la incertidumbre política a sobre el resultado final de la elección presidencial de 2018”, añadió.